Artículo | Por Patricia Adrianzén de Vergara
Humor en la Biblia
¿Se ríe Dios?
“Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo”. (Gn 21:6)
La risa es la manifestación de alegría que expresa con la boca y nuestros gestos. Es esa explosión de gozo, que se manifiesta en un sonido que muchas veces suele ser contagioso. ¡Cuánto necesitamos reir! “Algunas teorías médicas atribuyen efectos beneficiosos para la salud y el bienestar a la risa, dado que libera endorfinas. Un estudio demostró que algunos indicadores relacionados con el estrés disminuyen durante los episodios de risa, lo que apoya la teoría de que el humor alivia el estrés”.
¿Se imagina usted a Dios riendo? Cuando Dios creó el universo la Biblia registra sus pensamientos: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31) Imagino la sonrisa de Dios complacida al contemplar el bello escenario que había creado para el hombre. Imagino su sonrisa al escuchar a Adán nombrando a cada animal y comprobar que el hombre tenía su sello de creatividad e ingenio. Imagino la misma mirada complacida de un padre que festeja el primer triunfo de su hijo en el jardín de infantes. E imagino su risa, sí su risa alegre, cuando entregó a la mujer a Adán y los casó en el huerto del Edén, compartiendo su dicha y asombro.
A través de la historia de la humanidad Dios ha reído con nosotros. No se ha reído de nosotros, sino ha reído con nosotros en aquellas circunstancias de felicidad. Y sin ánimo de parecer irrespetuosa considero que algunas circunstancias que él permitió u ocasionó con su poder llevan también su sello de humor. Dios hizo reír a su pueblo con grandes victorias.
¿A qué tipo de humor nos estamos refiriendo? El humor es el genio, o estado de ánimo, es la actitud que consiste en ver el lado cómico irónico de las cosas. “Menos sustantivamente, el humor o, por mejor decir, la comicidad es una forma de entretenimiento y de comunicación humana, que tiene la intención de hacer que la gente no se sienta infeliz y ría”. Dios es santo y no puede ser sarcástico ni irónico pero sí demuestra genio y humor en su trato con el hombre y aún en el despliegue de su poder a su favor.
Como registramos al inicio de este artículo, Dios hizo reír a una mujer de 90 años, dándole un hijo en su vejez. Dios hizo reír a Josué cuando le dio la victoria sobre Jericó, la gran ciudad amurallada imposible de conquistar, pero que fue derrotada con una curiosa estrategia. Los hombres de guerra debían dar durante seis días una vuelta a la ciudad, y al séptimo día dar siete vueltas, y cuando los sacerdotes tocaran las bocinas, el pueblo gritaría a una gran voz y las murallas caerían… (Josué 6:1-16) Y así sucedió Dios entregó la ciudad en manos de su pueblo con vueltas, fe y gritos. ¿No le parece genial el humor de Dios? Aunque sus planes puedan parecer ilógicos, si creemos a su palabra terminaremos riendo.
Algo similar le sucedió a Gedeón, cuando se enfrentó a los madianitas, estaba tan temeroso que le había pedido dos veces a Dios que le confirmaran que él salvaría a Israel por su mano. Seguramente la confianza de Gedeón, alimentada por la misericordia de Dios quien le confirmó con sus señales estaba también en ese ejército de 32,000 hombres que había logrado juntar para ir a la guerra. Pero no contaba con el buen humor de Dios que quiso darle una lección: “Y Jehová dijo a Gedeón: el pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en sus manos, no sea que se alabe Israel contra mí diciendo: Mi mano me ha salvado”. (Jueces 7:2) Entonces Dios le ordena a Gedeón que anuncie que quien tuviera temor de ir a la guerra podía regresarse a su casa. Así se retiraron 22,000 y quedaron 10,000. Aunque estaban en desventaja con respecto a los madianitas Gedeón pudo haber pensado; “Bueno ahora iré a la guerra con estos diez mil”. Pero Dios le dijo: “Aún es mucho el pueblo, llévalos a las aguas y allí los probaré” (Jueces 7: 4) Dios seleccionó entonces sólo a trescientos hombres. ¿Se estaba riendo Dios de Gedeón? Pues la Biblia registra que “los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos sobre el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud” (Jueces 7:12) ¿Qué eran trescientos hombres para este tremendo ejército de enemigos? Pero Dios haría reír a Gedeón, quien dividió a su pequeño ejército en tres escuadrones alrededor del campamento enemigo, y tocando las trompetas y dando gritos, y quebrando sus cántaros con teas encendidas hicieron huir a todo el ejército como Dios había planificado.
No menos sorprendente es la historia del profeta Elías quien reta a los profetas de Baal, para que el pueblo inestable e incrédulo vuelva a poner su confianza en Jehová (1 Reyes 18:20-40). El profeta en esta ocasión sí llega a ser irónico y se burla de ellos, cuando claman a Baal sin obtener respuesta: “Y aconteció al mediodía que Elías se burlaba de ellos diciendo: “Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos.” (1 Reyes 18:27-28) El pueblo de Dios no necesita ni de escenas ni gritos para ser escuchado, con una oración sencilla y de corazón Jehová responde con fuego del cielo, confirmando así su presencia y omnipotencia (1 Reyes 18:36-38)
¿Estás enfrentando dificultades en la vida? ¿Has olvidado el sonido de tu risa? ¿Te atemorizan las batallas? Pídele a Dios que se ría contigo. Ora que su ingenio y su poder se manifiesten en tu vida en esos momentos difíciles. Y piensa que tal vez esa tormenta que tanto te atemoriza, no es más que el eco de su risa.
“Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con estos. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres”. (Salmo 126: 2-3)